y sigue...
Luego me he encontrado con este banco tan curioso... Me parece muy bonito esto de dedicar un banco. Pienso en Mel, muerto a los treinta y nueve años. Alguien que le quiere sigue poniéndole flores y quiero pensar que viene aquí a sentarse y pensar en él.
Yo me temo que mi impronta en este mundo no va a ser más que ésta...
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